Mujeres, Sexología
Las chicas y la profilaxis
Parece que el reclamo de “póntelo, pónselo” está pasado. Sin embargo, tanto en mi entorno como en consulta –y las estadísticas también nos lo confirman– está habiendo un cambio en cuanto al uso de profilaxis en las prácticas genitales.
Hace 10 años en Federación mujeres jóvenes veíamos que el uso del condón (en parejas heterosexuales) para las mujeres era todo un problema, ya que sus parejas masculinas lo usaban como arma de chantaje: ¿no te fías de mí?, ¿qué pasa, que vas con otros?, ¿no me quieres? Éstas y otras eran y son formas de maltrato por parte de ellos.
Basábamos nuestra sensibilización en frases como:
– El amor no es un preservativo en sí.
– Confianza y cuidado van de la mano. Usando métodos de barrera te proteges y cuidas del otro también.
– El número de parejas o el tipo de prácticas no es lo que lleva a la transmisión/contagio de ITS (infecciones de transmisión sexual), es la falta de protección.
– No hay poblaciones más vulnerables o que puedan contagiar-trasmitir más, sino que hay personas que tienen conductas de riesgo. Ser un pijo, una niña bien, ser amigo de toda la vida no protege y no es una garantía.
– Puede existir una chica con 1552 parejas sexuales y ninguna práctica de riesgo y una mujer con una sola pareja y con 3467 prácticas de riesgo.
Con prácticas de riesgo hablamos de todos aquellos contactos genitales y bucales así como anales sin protección. Genitales con genitales, genitales con ano, etcétera.
Han pasado 10 años y lo frecuente en parejas heterosexuales de 20 a 40 es la marcha atrás, donde se piensa en el embarazo -si acaso- y no en flujos y fluidos. Entre chicos que tienen sexo con chicos, el Chem Sex (prácticas sexuales con uso de drogas) está tomando las calles.
Y, ¿ellas entre ellas?: Cero. Cero uso de barreras y cero consciencia. ¿Como no hay posibilidad de embarazo, no hay ITS?, ¿o es porque no hay pene?, ¿es por qué se cree que entre dos mujeres no hay sexo? Aunque pueda sorprender, contacto vulva con vulva también es una práctica genital. Los juguetes, si se comparten han de tener protección también.
Al desexualizar a las mujeres en general y al sexo entre mujeres más, hay también menos cuidado. “como no es sexo de verdad, tampoco pasa nada”, es una de las creencias. Además, la industria (si, gracias, tenemos el condón femenino, el cuadrante: un trozo de silicona para cubrir zonas) parece que no hacen ni investigación ni campaña. Y ellas, con todo el respeto, a por uvas.
Es verdad que existen prácticas con más o menos riesgo, el coito anal y vaginal es de los más riesgo tienen. Con todo, cabría preguntarse qué nos pasa a las mujeres en general a la hora de traer el condón y a la hora de cuidarnos sexualmente y emocionalmente.
¡Como si fuera algo separado!
Hay millones de maneras de cuidarse.
Si sois monógamos/as y no queréis usar nada, podéis ir de la manita a hacerse análisis. Y ver que hacéis una vez pasado el periodo ventana.
Evitar algunas prácticas, usar herramientas, investigar, preguntar, etcétera. Sobre todo acercarse a fuentes fidedignas y no lo que me ha dicho un amigo o internet.
El cuidado físico y emocional no van por separado.
Es importante tener conciencia de posibilidad y riesgo. Y desde ahí ver hasta dónde me expongo. Hasta dónde cuido y me cuido en el placer.
Seguimos teniendo miedo a sugerir, a ser vistas, a proponer, pensar…
¿Qué dice todo esto de nosotras mujeres?, ¿qué creencia habrá detrás?
Aún creemos que el amor y el placer van de la mano del sacrificio. Cada vez nos compartimos menos emocionalmente, cada vez da más miedo la intimidad.
Parece que para compensar esta sed de fusión, en lugar de levantar las barreras a la piel y al corazón, nos desarmamos en la salud.
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